lunes, 4 de mayo de 2009

DE BUZO A DIRECTOR ARTÍSTICO


He recibido muchos correos y llamadas telefónicas preguntando sobre Hermelinda y mis experiencias en el mundo editorial. Con gusto les iré platicando desde el principio de mi carrera como dibujante y Director Artístico.



En esta ocasión les contaré cómo es que me convertí en Director Artístico, pues deben saber que cuando esto sucedió y era uno de los muchos dibujantes de la empresa Editormex Mexicana.
El dueño de la empresa, Georgio Torelli (q.e.p.d.), era un joven italiano a quien Don Severo (papá) y Don Aldo (tío) trajeron a nuestro país desde Italia con la finalidad de aprender el oficio editorial para descansar en Gerogio el manejo de la compañía ya que eran personas de avanzada edad.



La amistad con Georgio surgió porque varios de mis compañeros dibujantes y un servidor, nos reuníamos los viernes después de cobrar nuestros honorarios. En ese entonces transmitían por televisión un programa muy bueno: El Investigador Submarino, que nos fascinaba y soñábamos con poder emularlo y, sin pensarlo dos veces, decidimos aventurarnos: fuimos a Aurrerá, que en ese tiempo era una tienda pequeña, para buscar equipos de buceo, como loquitos nos lanzamos a buscarlos y al ver que no estaban muy caros, decidimos comprarlos en ese momento, así que cada quien adquirió el suyo. De inmediato decidimos la fecha para estrenar nuestros equipos.




En la editorial éramos la comidilla del día y esto llegó a oídos de Gerogio quien un día se me acercó para preguntar acerca del viaje que estábamos planeando y para saber si era poible acompañarnos, a lo cual aceptamos con gusto (era el jefe) y en menos de lo que canta un gallo ya estábamos a bordo de nuestros automóviles, así, nos dirigimos a Acapulco, en donde Georgio nos condujo a una Quinta, que si no mal recuerdo, se llamaba Los Naranjos.




El día siguiente... ¡nos fuimos a bucear! ¿Y qué creen? Llegando a la playa de Caleta, no sabíamos como meternos al mar, y qué les cuento: nos pusimos todo el equipo incluyendo las aletas y caminando como patos, nos fuimos metiendo poco a poco. La aletas se nos salían, ¡era un caos!, después del ridículo ¡por fin!, pudimos entrar, el agua nos llegaba a la cintura y agachándonos para ver como nos iba, logramos acostarnos en el fondo (sesenta centímetros); el visor se empañaba y no sabíamos como solucionarlo.. ¡bueno!... después de quince minutos reales y como tres horas de "cus" "cus", empezamos a mover las piernas para avanzar (como un metro... no, no se rían). Salimos a la superficie eufóricos de la fabulosa experiencia de habernos internado en las profundidades del mar: sesenta centímetros.




A partir de esta fabulosa experiencia, Giorgio y yo hicimos una fuerte amistad. Poco después Don Severo y Don Aldo decidieron regresar a Italia dejando a Giorgio sólo al frente de la Editorial. Viendo que él no tenía la experiencia respecto al dibujo ni a los argumentos (guiones), me brindé a ayudarlo lo cual le pareció una magnífica idea. Me dijo que lo consultaría con su papá y su tío y que pronto darían su visto bueno.



Bueno... qué les cuento, a partir de ese momento pasé a ser el Director Artístico de Editormex Mexicana.





4 comentarios:

Blackpaco dijo...

Bienvenido de vuelta, profe. Abrazos, saludos y cariños surtidos. Ojalá no se separe tanto de la vida bloguera. Suerte.

Francisco.

Hunka!! Comics y dibujo dijo...

Como siempre, un agasajo leer tus anécdotas ¿me creerás que cuando las leo en realidad es como si las escuchara?

Abrazos y hartos saludos.

Anónimo dijo...

Esperemos que nos siga contando un poco mas de sus aventuras

Unknown dijo...

Gracias por compartirnos sus experiencias maestro, siempre nos enseña algo, aún con la más sencilla línea que dibuje usted. Saludos.