Voy a contarles un corrido... no, no es el de Juan Charrasqueado sino el de un servidor, pues deben saber que era yo tan inestable (17 años) que no duraba trabajando en un sólo sitio, todo me parecía aburrido, como que no estaba viviendo como me pasó cuando aprendí a jugar ajedrés, en la playa de Las Gatas, en Zihuatanejo... quiero que se imaginen la escena: La playa estaba como a 20 metros; el mar, que con sólo verlo te invitaba a gozar de él... arriba las nubes en un cielo azúl que te hacía soñar ¿y yo?... ¡jugando ajedrés! No pude resisitirlo y renuncié a seguir jugando para sambullirme en el agua.
Les cuento esto porque así es como siento la vida, y es por esto, creo yo, que andaba del tingo al tango, no tratando de encontrar el trabajo que me gustara, sino encontrarme a mí mismo; con decirles que en uno de mis múltiples "trabajos" era el de ofrecer, puerta por puerta, ¡imágenes de la Virgen de Guadalupe!
¡No se rían porque cuando uno anda perdido ni la Guía Roji sirve!
Yo amé el arte desde pequeño, con decirles que cuando tenía 4 años de edad, vivíamos en Tacuba ---que en ese entonces era el pueblo de Tacuba--- por supesto las calles no estaban pavimentadas, eran de tierra y para mí, mi sitio de actividades artísticas, pues sentado a media calle sacaba un poco de lodo: había charcos por todas partes, y me ponía a modelar o moldear muñequitos; pasaba el tiempo y yo no me daba cuenta hasta que un grito me despertaba de mi ensueño: ¡Mira no'más cómo estás! ¡Muchacho cochino!--- Era mi mamá molesta al ver que estaba lleno de lodo, sobre todo alrededor de la boca: con saliba moldeaba mis "obras de arte".
Eso era lo que me motivaba más que otra cosa pero para mi mamá sólo eran cochinadas. Ahora me doy cuenta que esa vocación iba a ser lo que me motivara a buscar, sin saber cómo ni cuando, una cita con el arte y colmar todas mis ambiciones que como ser humano debemos seguir hasta llegar a la meta.
Yo les aconsejo que no importa lo que a ustedes los motive para encontrar lo que su espíritu les dicte, y que no vivan frustrados sin saber qué hacer, recuerden que ustedes son los responsables de si son felices o no.
No por esto digo que sigan los pasos que los lleven a ser artistas, no, pueden dedicarse a lo que ustedes quieran pero siempre que sea de corazón.
1 comentario:
Sabias palabras, Profe. Un gusto leerlo de nuevo después de un rato que nos tuvo abandonados.
Francisco.
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