miércoles, 4 de abril de 2007

COMIENZOS

Aunque no sea en órden cronológico, escribiré mis recuerdos como vaya recordando todo. Mi experiencia en el arte comenzó cuando tenía sólo 4 años de edad, vivía en Tacuba ( lo que antes era el pueblo de Tacuba) y en la calle frente a mi casa, lo que hoy está pavimentado era sólo tierra, y era lo que tenía ante mis ojos...tierra, el material necesario para desarrollar mi gusto por el arte. Allá sentado a media calle ( no, no pasaban autos ya que casi no existían por esos rumbos), con las manos agarraba un poco de tierra y escupiéndola para que se transformara en masa ( sí, sí ya se que qué cochino), empecé mi vida como artista ( por favor, póngan un fondo musical de Odisea del Espacio). Haciendo figuras de quién sabe qué, me pasaba el tiempo animado por el deseo de crear algo sin pensar que lo que sí se transformaba sería mi rostro, dado que en poco tiempo era una máscara de lodo lo cual me costaba regaños de mi mamá que no me bajaba de " ¡Mira nomás que escuincle tan cochino!"
El tiempo pasó y ya en la escuela le sacaba raja a mi habilidad de dibujar, en los cuadernos de mis compañeros les dibujaba tiras de aventuras, batallas aéreas, submarinas o lo que fuera y les cobraba 20 centavos por cada una. Recuerdo también que cuando niño, íbamos a una alberca que estaba en el pueblo de Calacoaya y me llevaba mis historietas " Paquín", las cuales alimentaron mi gusto por este tipo de publicaciones, coleccioné muchas pero como a todos los que coleccionan cómics, mi mamá me las tiró a la basura, que si hubiera podido, le hubiera dado una tranquiza, pero como era mi mamá, ella me la daba a mi. En ese entonces vivíamos en Santa María la Rivera, tenía ya 9 años de edad, alquilábamos un departamento en un tercer piso del edificio con 2 balcones a la calle y 5 recámaras y...¿qué creen? mis padres la rentaban por ¡¡¡$ 95 pesos mensuales!!!!, nuestra llegada a ese departamento fue como si hubieramos llegado a " La Dimensión Desconocida", ¡era una maravilla!, había una recámara la cual estaba cerrada con candado porque el antiguo inquilino había hecho un trato con mi mamá, de que por un tiempo lo mantuviera cerrado y que después pasaría para llevarse sus cosas y todo lo que tenía almacenado ahí...pero ustedes saben lo que es tener 9 años y que como en los cuentos existía un cuarto cerrado ¡NO PUEDE SER!, así que mi hermano Saúl ( que murió muy jóven atropellado por un ferrocarril) y yo, no recuerdo cómo abrimos el candado y nos introdujimos en el misterioso cuarto y...¡QUÉ MARAVILLA!, había cajas con figuras coloreadas de todo tipo, animalitos, enanitos, ¡bueno de todo! y subrepticiamente ( palabra dominguera que saqué del diccionario), empezamos a "clavarnos" unos cuántos, sin que mi mamá se diera cuenta, menciono siempre a mi mamá porque era la que nos "educaba" y si hacíamos alguna travesura, ella siempre tenía una tabla en la mano para castigarnos ya que eramos unos tremendos foragidos, mi papá fue telegrafista de Pancho Villa y toda su vida trabajó en los Ferrocarriles Nacionales como despachador de trenes, manejaba un aparato que marcaba en un tablero el curso y el sitio en donde iban colocándose los vagones.
Yo siguiendo la tradición familiar ya que mi familia fue ferrocarrilera, empecé a trabajar en las oficinas a los 15 años de edad como mensajero y también realicé algunas ilustraciones para un calendario del gremio, pero el ambiente de los ferrocarrileros no me gustó y decidí trabajar en otro sitio o mejor dicho en varios sitios, fui como " El Mil Usos".
Entonces me acordé de un amigo de la infancia, que era compañero de la primaria y trabajaba en la editorial " Herrerías" ( después Novedades), así que fuí a buscarlo a su domicilio, él era José Suárez Lozano, al cual ya no he visto en muchos años, de inmediato me aceptaron de buena gana y pronto ya estaba chambeando ( barriéndo, sacudiéndo, cambiándo el agua de los pinceles y por supuesto me dieron el puesto de Ejecutivo V). Pasó poco tiempo y me fui dando cuenta de como se hacía una historieta, por supuesto con la ayuda de Pepe Suárez, pero también pronto esto terminó debido a que un día llegó al Estudio un Español que no sé si era dueño de los refrescos "Jarritos", para proponernos unas revistas de Box y Futbol, la cual fueron rechazadas por los del grupo artístico, pero a mi si me interesó y yo les dije que podía realizarlas, esto los sorprendió a todos ya que sabían o creían saber que yo no estaba preparado para tal aventura; Cuando se marchó el Español, alarmados me preguntaron que cómo resolvería este compromiso si no estaba preparado para ello, a lo cual les respondí que yo tenía en mi poder documentación de una tira que se publicaba en el diario " El Norte", el cual se hacía en la Ciudad de Monterrey y también contaba con fotos del diario" Esto", las cuales me servirían como referencias para poder dibujar todo lo concerniente al FutBol. Mi osadía no les cayó muy bien que digamos y tuve que trabajar desde mi casa en donde realicé sólo 4 números de las historietas " Tirando a Gol" y " Guantes de oro", me duró poco el gusto, pero me dió el valor para enfrentarme a mi incierto futuro.
Poco después de acuerdo a las circunstancias volví a trabajar y lo hice en el desaparecido Hotel del Prado, donde se encontraba el famoso y polémico mural de Diego Rivera, trabajé como cajero del estacionamiento, estuve unos meses trabajando ahí hasta que alguien me dijo que podía trabalar en el Hotel, en el departamento de Vigilancia, acudí de inmediato y me la dieron, ¿de qué creen? ¡ de Detective! ¡óoorale!.
Así con el tiempo me hice amigo de los garroteros y meseros del restaurant y para que les de envidia, todos los días comía cocina Italiana. Ahí mismo conocí a la que hasta ahora es mi esposa, ( sí...literalmente nos conocimos en el hotel, pero en buena onda no sean mal pensados), la cual me impulsó para que no me diera por vencido en lo que respecta al dibujo.
Después tuve que renunciar porque el jefe del lugar, influenciado por chismes acerca de mi relación con mi entonces novia, que trabajaba en el departamento de Contabilidad, no era permitido los noviazgos entre los trabajadores, el jefe me advirtió que tenía que terminar esa relación con esa señora, a lo cual yo le repliqué que era señorita y esto lo enojó diciéndome que eso no le importaba, que si no terminaba con ella, renunciara, ¿y qué creen?. sí...renuncié. Con el apoyo de mi novia y ahora mi actual esposa, me dediqué a buscar chamba pero de dibujante, acudí a la " Revista de América" y conseguí la chamba como portadista e ilustrador de una revista policiáca.
Poco después trabajé muy poco tiempo en la revista " Pepín" donde conocí a Gabriel Vargas y a su equipo. Su revista se acabó y de ahí emigré a la que entonces sería mi casa de trabajo por más de 30 años, "Editormex Mexicana", en donde tuve una relación amistosa con varios argumentistas, dibujantes y portadistas como Ignacio Palencia, un magnífico artista que fue el que me enseñó a realizar portadas, manejaba el color maravillosamente, también conocí a los que ahora son mis compadres, José Cabezas y José Pacindo y al buen amigo Fausto Buendía (q.e.p.d.).
Entre trabajos, bohemia y dibujos, un día viendo una serie de TV que se llamaba " El Investigador Submarino" con el actor Loyd Bridges, nos motivó a todos a experimentar el buceo. Fuimos al primer Aurrerá que se abrió para comprar nuestros equipos, que en esos tiempos era la novedad gracias a J.I. Cousteau, casi a punto de salir hacia Acapulco, nos abordó Giorgio Torelli el hijo del dueño de Editormex, el cual también con el tiempo se convirtió en mi compadre y fui su brazo derecho cuando tomó el control de la Editorial, Giorgio me pidió permiso para acompañarnos a nuestra aventura, a lo cual acepté lo mismo que los demás, así partimos al puerto tratando de disimular el miedo que sentíamos ante esta aventura, que la verdad sea dicha, no sabíamos nada de buceo, pero la experiencia fue maravillosa, con el tiempo acudimos a unas clases de buceo y poco a poco llegamos a lugares más lejanos y buenos para practicar esta increíble actividad acuática.


Ustedes pensarán qué tiene que ver el dibujo con el buceo, si siguen leyéndome, les contaré cual fue mi relación con estas dos actividades y cómo se conjugaron a nivel profesional y personal.

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